Esta guía a las cascadas de Bucay es todo lo que necesitas para disfrutar de esta belleza natural. La ciudad de Bucay es relativamente joven y pequeña, justo al borde de las provincias de Guayas y Bolívar, a sólo 100 km al este de Guayaquil. El turismo hacia sus cascadas y variedad de ríos ha ido creciendo drásticamente en la última década, y es así como la ciudad se mantiene hasta ahora.
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Conduciendo desde Guayaquil a Bucay las calles están llenas de vendedores de frutas y verduras locales, carnes y una abundancia de maíz; también hay muchos lugares para detenerse y disfrutar de una rica comida. Recomiendo caminar por la ciudad ya sea antes o después de ir a las cascadas.
Si bien hay una ruta principal hacia las cascadas más grandes de Bucay, en el camino hay docenas de pequeñas cascadas que adornan el paisaje y la ruta.
Puedes hacer un tour de barranquismo en Bucay desde Guayaquil.
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Mapa de las 7 cascadas de Bucay
Video de nuestro viaje a las cascadas de Bucay:
Que cascadas de Bucay debes visitar:
El Progreso
La primera cascada que visitamos fue “El Progreso”, que está dentro una propiedad privada, junto a un hostal y restaurante del mismo nombre. No tuvimos la oportunidad de probar la comida, porque llegamos a las 9am y ya habíamos comido, aun así olía delicioso. El costo de la entra era de $2 por persona e incluía un guía, que era un pequeño niño que vivía ahí. Se trata de un corto paseo hasta una colina cercana, con pasamanos y escalones en las partes más empinadas.
La cascada tiene 25 metros de alto, poniéndola junto a las cascadas más pequeñas adyacente, compensa en belleza lo que le falta en tamaño.
Lo mejor de la casada “El Progreso” es el pequeño chorro de agua situado en el estacionamiento. Una gran manera de lavar la planta de tus pies y tus zapatos, mientras que mantienes el coche limpio.
Las cascadas de Piedra Blanca
Las cascadas de Piedra Blanca fue nuestra segunda parada; ubicada un poco lejos de Bucay, a 16km. Cuenta con más de 40 cascadas y con una de las más alta de la zona llamada Isabelita, a 90 metros. Desde el estacionamiento del coche hasta esta última cascada es un paseo de 15 minutos, a lo largo de un camino plano y a veces empedrado.
Cerca de la gran cascada hay una más pequeña, donde puedes hacer rappel, o barranquismo por sólo $15 por persona. Esto se hace a través de tours que vienen de la ciudad, pero si se topa con un grupo de personas que ejerzan este deporte, deberías hablar con el guía para ver si puedes intentarlo también.
En el camino de regreso tomamos un desvío para obtener una bonita vista tanto de Isabelita como de la cascada donde se hace rappel. Se suponía que era un desvío de dos minutos, pero vimos otra cascada.
Ya que era mediodía, decidimos aventurarnos más abajo en el río para ver más cascadas. El camino hacia abajo era empinado, barroso y resbaladizo, cuando las rocas no estaban cubiertas de hojas húmedas, la tierra lo estaba y se deslizaba bajo nuestros pies. Sin embargo, el descenso valió la pena cuando llegamos a Las Mellizas. Estas cascadas gemelas estaban más aisladas que las otras y tenía una pequeña glorieta para sentarse.
Elegí este lugar para sumergirme en la cascada. Cruzar a través del agua era frío, pero tan pronto como llegué a la cascada, se sentía como bañarme con hielo. La fuerza en caía el agua combinado con la temperatura fría no me permitió permanecer mucho más tiempo que para una fotografía. Después de unas cuantas fotos mi esposa tuvo la amabilidad de hacerme saber que yo no estaba lo suficientemente abajo de la cascada, para tomar una mejor foto.
El camino de regreso fue tan difícil, pero resulta que hay una forma más fácil para volver al estacionamiento, si no te importa caminar más lejos.
Cascadas Gallo de la Peña
Nuestra última parada fue la Cascadas Gallo de la Peña.
Cada trayecto del sendero es de 1,1 kilómetros, que consta de un paseo fácil cuesta arriba. Completamos el sendero entero en 70 minutos, incluyendo fotos en las cascadas, pero caminamos tan rápido como podíamos. La primera cascadas a lo largo del sendero está a sólo unos minutos a pie de la entrada a la cascada “Cueva de la Golondrina”. Es una cascada pequeña a pocos pasos del camino principal.
La única pista a nuestra próxima cascada es una flecha y un conjunto de escaleras de madera. Suba las cuatro escaleras, gire en la esquina, y hay una cascada de 5 metros aproximadamente mirándote en la cara, una gran vista para comenzar la caminata más larga.
Hay múltiples cruces por ríos a lo largo de la caminata, a través de simples puentes de tablones de madera. Algunos tienen pasamanos, otros no. Si no estás interesado en cruzar algunos puentes, esta caminata no es para ti.
Al final de la caminata de más de un kilómetro se encuentra la cascada de Gallito de la Peña, de 60 metros de altura. Esta cascada tenía la mayor cantidad de turistas mientras estábamos allí, y muchos más a lo largo de la ruta. Hay pequeños caminos alrededor de la cascada para obtener vistas desde distintos ángulos. Todo es más resbaladizo debido al agua de las cascadas, el borde de los caminos se desmoronaba bajo mis pies.
Hasta este punto estábamos con frío y hambrientos, así que después de unos pocos minutos regresamos. A la entrada de estas cascadas venden comida caliente, y estaba lleno de turistas, así que debe haber sido muy buena la comida.
Clima y vestimenta adecuada para visitar las cascadas
Lo más importante que hay que recordar es el clima. Para disfrutar del paisaje exuberante y verde, hay una cosa en exceso: agua. En este caso está en forma de lluvia y niebla. Al dejar al caliente y soleado Guayaquil, el cielo rápidamente se nubló. En la pequeña ciudad de Bucay, se podían ver manchas de cielo azul a lo lejos, pero cuando llegamos a las cascadas, era pura niebla, y lluvia.
Si bien puede ser soleado en Bucay, el viaje de máximo 16 km, hasta la última cascada, te lleva a las montañas donde puede haber tanta niebla en las cimas de las cascadas que es difícil visualizarlas.
Usted no necesita realmente un paraguas o una chaqueta gruesa, apenas una capa más impermeable que una camiseta. Si planeas entrar en cualquiera de las piscinas que forman las cascadas, asegúrate de traer un conjunto de ropa y una toalla. A medida que el día avanzaba, la niebla se volvió más gruesa y mis ropa se humedeció más.
Si tiene objetos de valor como carteras, teléfonos o cámaras, asegúrate de traer alguna bolsas con cierre o impermeable. Yo tuve que mantener mi cámara envuelta en mi camisa mientras caminaba, lo que resultó ser un poco inconveniente en superficies resbaladizas.
Obviamente esta humedad del aire se mezcla con la suciedad para formar lodo. Usa zapatos que no sólo se puedan mojar, embarrar o ensuciar, sino también que sean fuertes y te ayuden a soportar a las rocas resbaladizas y a las hojas caídas. No importa los zapatos que uses, asegúrate de medir tu paso antes de que te deslices y tengas un baño de barro.
Debido a su cercanía, viajar a Bucay desde Guayaquil por la mañana es perfecto. Salimos a las 7 de la mañana y llegamos a casa a las 4 pm, incluyendo una parada para almorzar adicional en nuestro camino de regreso. Hay suficientes cosas para hacer dentro y cerca de Bucay, y puedes quedarte varios días en la zona, si así lo desea. Hay desde hacer rafting o tubing por el río, hasta visitar un suministro infinito de cascadas, disfrutar de la ciudad y de cómodos albergues para descansar.
Por favor, coméntanos abajo cuáles fueron tus cascadas favoritas de Bucay, y haznos saber si nos perdimos de alguna actividad por hacer en la zona o de algún lugar por visitar.